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Channel: Miscelánea histórica de Cistierna y Montaña Oriental Leonesa.
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CISTIERNA Y LA RUTA VADINIENSE ANTIGUO CAMINO A SANTIAGO DE GALICIA. PANEL DE CISTIERNA. Siro Sanz García

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  La relación de Cistierna, con el más que milenario camino a Santiago, que atravesaba de Norte a Sur la Montaña Oriental Leonesa, viene probada en la documentación Medieval local. En ella se afirma la existencia de una vía romana que desde Mansilla ascendía por la vega y valle del Esla para entrar justo en Cistierna a la garganta del Esla. La importancia del enclave cistierniego, se refuerza por la existencia de dos puentes milenarios construidos en un tramo de apenas dos  kilómetros: el Puente de Mercadillo y el Puente Viejo de Cistierna. No en vano, nos encontramos en el corazón del denominado  Territorio de Aguilar, que durante la Alta Edad Media se extendía desde los puertos con Asturias hasta un poco más abajo de Gradefes. Un territorio gobernado desde un poderoso complejo defensivo de origen protohistórico y romano,  ubicado entre Cistierna y Sabero. Por aquí pasaba la Vía Saliámica o del río,documentada el año 973 en su tramo más alto de Sajambre, a punto de penetrar en Asturias. El apelativo hidronímico prerromano *Salia que da Sella, entendemos que debe aplicarse a todo el camino discurrente junto al río desde Sajambre hasta Mansilla de las Mulas, y es de Riaño a Cistierna cuando la inmediatez de río a la calzada se hace más evidente. El año 1001 tenemos la primera noticia referida a Cistierna,  un documento de venta que  designa como propietarios de tierras a dos cisterniegos de nombre musulmán: (سُلَيْمَانُ ـ إِبْنُ نِيزَار) Suleiman e Ibn Nizar. En 1056 se cita la existencia del monasterio de SAN FACUNDO PRIMITIVO Y CIPRIANO DE CISTIERNA (Escalona, P 268), construido en la zona de los conventos, junto al antiguo Camino Real, heredero de la Vía Saliámica. En  1099 el glorioso rey leonés Alfonso VI, dona dicho monasterio a Pedro, Obispo de León, (Archivo de la catedral tumbo-fol 75). La unión de la villa con el camino, se reafirma en el año 1143 cuando el clérigo Pedro Velaz, entrega al obispo de León, el hospital que había construido anejo a la iglesia de Santa María. Un hospital para admitir y reconfortar a los pobres y míseros peregrinos que pasan por el Escobio de Aguilar. El Escobio era y es, el difícil paso entre el río y la peña, bajo el gran complejo defensivo de Aguilar en Vegamediana. En el siglo XVIII y XIX este singular camino se denomina camino Real a Sabero y Valdeburón. La memoria de los peregrinos que discurrían por el camino aún se mantiene en el S. XIX. En el Diccionario Geográfico de Pascual Madoz, (1845-1850), al citar a Sorriba comenta lo siguiente: “a un cuarto de legua de la población se halla el arruinado y antiguo hospital de San Bernabé, donde pernoctaban los peregrinos que iban a Santiago de Galicia”. Sus ruinas aún permanecen en la margen derecha del Esla junto al Puente de Mercadillo. Las piedras de San Bernabé, también el camino que renace de nuevo promovido y auspiciado por la Asociación Ruta Vadiniense, son testigos de un tiempo en el cual las creencias de nuestros antepasados eran fuertes.
Ojalá por ese mismo camino nos lleguen las sinergias e inspiración de las cuales tan necesitados estamos. Ahora, cuando el reciente pasado minero  es ya un mínimo capítulo de la milenaria historia local, nuestro querido pueblo asomado a la vera del antiguo camino de Santiago,  aguarda tiempos mejores.
El mañana es el futuro que se promete tras la negra cortina de las dificultades en la oscura noche del momento actual. El resplandor del amanecer, tenuemente percibido ya en el horizonte, sólo llegará si unos y otros nos mantenemos  solidarios  y fieles a las raíces legadas por el fervor de nuestros antepasados; siempre intensos en sus creencias, siempre alejados del individualismo y materialismo que ahora nos extermina y acaba.

Cistierna: “Ultreia-Susseia”, sigue adelante.
Peregrino: Buen camino
 Panel de la Ruta Vadiniense a su paso por Cistierna.

 Puente Viejo de Cistierna. (Foto: Siro Sanz)

 Puente de Mercadillo, situado a dos escasos kilómetros del Puente Viejo de Cistierna. (Foto: Siro Sanz) 

Iglesia de Santa María de Cistierna. La unión de la villa con el camino, se reafirma en el año 1143 cuando el clérigo Pedro Velaz, entrega al obispo de León, el hospital que había construido anejo a la iglesia de Santa María. Un hospital para admitir y reconfortar a los pobres y míseros peregrinos que pasan por el Escobio de Aguilar”. (Foto: Siro Sanz)

 A las afueras de Cistierna el camino se adentra en la Vega del Esla. (Foto: Siro Sanz)

La cruz del camino, restaurada hace pocos años en el lugar donde siempre se mantuvo dando testimonio de fe y peregrinación, al fin y al cabo por este camino entro el cristianismo a las tierras altas del Esla. El camino pasa a su lado, al fondo las montañas de la cantábrica. (Foto: Siro Sanz)



LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. DE LOS CÁNTABROS A PELAYO (Resumen de la primera conferencia en el Instituto Bíblico y Oriental, sede de Cistierna. Curso 2013-2014). Eutimio Martino - Siro Sanz

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CONFERENCIA EN CISTIERNA 22 DE NOVIEMBRE 2013




Son varios y sucesivos los alumbramientos, que dan origen a la nación española. El primero, el de la conquista de los cántabros por Augusto, a quien satisfacía poco –dice Orosio- lo que Roma llevaba realizado en Hispania durante doscientos años mientras permitiese que los cántabros y astures, dos pueblos muy fuertes, continuasen con su independencia . Y se prolongó diez años la contienda, más de lo que llevó a César el someter la dilatada Galia. No deja de vibrar el mismo Orosio con la trascendencia  del momento, al escribir que Augusto regresó a Roma dejando a toda Hispania quieta y sosegada en eterna paz, como reponiéndose de la fatiga.
Gravitaron sobre la Cantabria Leonesa y sobre su río Esla varias de las campañas más importantes de cántabros y astures. En especial en la cordillera, la muralla natural de Hispania, que solo el romano superó, los cántabros consagraron para la posteridad el heroísmo de su resistencia, que había de resurgir frente al Islam en un Pelayo, que es evidente caudillo cántabro, hasta seguir el segundo alumbramiento de Hispania en Covadonga.
Ahora, como invirtiendo el sentido de la marcha, pero pisando calzadas, que eran de roma, se pasa de Covadonga a Oviedo y de Oviedo a León, la plaza fuerte romana, que había sido establecida para vigilar a cántabros y astures al fin de la contienda y que no se podrá contentar en adelante sino con ser la capital del reino. Y con ser la cuna de la participación popular en las decisiones del gobierno.
Y cuando se instaura en Santiago el culto al apóstol, es la vía romana de la costa que encamina a los peregrinos de toda Europa, como después lo hará la gran calzada del Camino Francés, que había sido tendida para dominar a los cántabros y astures. Como si no fuera posible salir de la órbita romana, la célebre Vía de la Plata enlaza dos ciudades, Astorga y Mérida, que fueron fundadas por colonias de veteranos de las guerras cántabras.

En fin, con razón exalta el poeta latino la empresa de la fundación de Roma, una Roma que tanto había de fundar ella misma. Era Virgilio, que modelaba su epopeya de Roma mientras Augusto guerreaba contra los cántabros.

Pelayo: Princeps cantabrorum.

EL CASTRO DE VERDIAGO-LAPIDA DE LA IX HISPANA. PANEL DE LA RUTA VADINIENSE . Eutimio Martino- Siro Sanz.

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Al amparo de un circo montañoso y en la ribera del Esla se halla Verdiago. Entre el circo de montañas y el pueblo se intercala una plataforma rocosa, en la cual radicaba el castro. Una vez más el pueblo ha descendido al pie del antiguo poblado, a la vera de la calzada, siguiendo la norma de Augusto con los indígenas: “les obligo a bajar de sus altos fuertes”. En frente, la Peña la Corona, de donde presuntamente descenderían los aliessiegini al actual aleje. El dominio del entorno muy tenido en cuenta por los naturales, es patente en el castro que domina la vega del Esla aguas abajo hasta Peñacorada. El hallazgo de una lápida funeraria de legionario romano testimonia el paso de roma en este lugar. Concuerda con el tema guerrero el patrono San Mamés (Mamers), otro nombre de Marte, aparte de S. Martín con su ermita debajo del castro. En el año 874 figura esta Iglesia bajo el castro en su contexto: etaliam villam verdiagio de rivo usque in montis cum ecclesia santi martini (Studium Legionense, 7, p. 255, 1966. León), y en la margen derecha del Esla el pozo y prado S. Martín.
Desde la última casa del pueblo arranca un camino que sube al castro por el Este. Muestra las características generales de todos los caminos antiguos de la zona, lajas de piedra colocadas sobre la misma roca enrasada y cortes laterales para abrirse paso en la breve garganta que asciende al recinto.
Del camino se asciende por suave ladera hasta un alto, es la primera de las tres plataformas escalonadas en las que radica el castro. La primera,  sobre el pueblo de Verdiago, la segunda un largo corredor rocoso acondicionado y con camino que baja a la vega, y la última una especie de acrópolis entre el barranco y la Prida. Aquí se donde se pueden observar los restos más evidentes de una muralla de 2,40 metros de anchura, formada por dos paramentos interior y exterior de piedra careada en su cara vista. El espacio entre los dos paramentos aparece relleno de grijo y tierra.
Desde el castro avistamos al otro lado del río Esla la Peña de los Castros, en documentación medieval el castrum Pelagii, castro de Pelayo. En la vega junto al río el prado Martino, topónimo antiquísimo que junto a los yacimientos castreños tan próximos y enfrentados, sobredimensiona el tema histórico. Sobre la segunda plataforma del castro observamos espacios cercados de piedra. Estos cercados eran indispensables para la custodia del ganado, un factor esencial en la economía castreña. La parte más inferior y cercana al pueblo, sobre la actual serrería, ostenta una gran peña sobre la carretera, antigua calzada, mostrando indicios de haber sido enrasada y acondicionada para una fortaleza sobre la vía en la alta edad media.

LÁPIDA DE LA IX HISPANA:
Lo que resulta indudable y es para nosotros decisivo, es que se trata de inscripción fúnebre de un individuo perteneciente a la legión IX Hispana. La participación de esta legión en la conquista consta en otras fuentes. Otra lápida de la misma se halló en Castrecias (Reinosa). Probablemente se trata de la legión Cesariana del mismo nombre cuyo cognomen de Hispana por este tiempo la remite a su intervención en la campaña cántabro-astur. Este testimonio de la misma en Verdiago. La presenta en la ruta del Esla que es la de Bérgida (la única batalla campal de los cántabros contra los romanos).

 El castro de Verdiago (Foto: Claudio Sahelices)

 Muralla del castro de Verdiago. (Foto: Claudio Sahelices)

 Abajo a la derecha de la imagen y sobre el pueblo el promontorio calizo donde se ubica el castro de Verdiago. Arriba a la derecha de la imagen la Peña los Castros, en ella se conserva el topónimo de Sierra de San Pelayo (Castrum Pelagii). (Foto: Eutimio Martino)

Detalle del Castrum Pelagii (Foto: Siro Sanz)

Lápida de la legión IX Hispana. (Foto: Pedro Moreno)


Conferencia: "LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA: DE LOS CÁNTABROS A PELAYO" 2ª Sesión: CANTABROS Y ASTURES LA NACIENTE HISPANIA. El viernes, 13 de diciembre a las 19:30 h. INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL. Salón de la Rectoral de Cistierna

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Eutimio Martino y Siro Sanz harán un recorrido por la historia más remota de la Montaña Oriental Leonesa, desde Yugueros hasta Valdeburón y Picos de Europa.


Vista de Burón y el castro de la Magdalena

RESUMEN DE LA CONFERENCIA: CANTABROS Y ASTURES LA HISPANIA NACIENTE. 13 de diciembre 2013. Sede del Instituto Bíblico en Cistierna. Eutimio Martino- Siro Sanz

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Un tema difícil de abordar es el de la entrada a la Historia de la Montaña Oriental Leonesa, al que sólo se puede uno acercar, como dando tanteos, y aplicando una estricta metodología: Estudio de las fuentes antiguas romanas, comprensión científica de la toponimia, recogida de la tradición conservada en estas montañas, también el estudio de los nombres que nos dan los autores romanos, con la consiguiente verificación en el trabajo de campo. Un trabajo de campo que últimamente ha dado sus frutos con el descubrimiento por los autores de un gran castro en la cara sur de Peñacorada (Campo Ciudad), hallazgo que se encuadra en la Edad del Hierro y finalmente en un contexto claro de guerra con Roma. La vigencia de las teorías respecto a la guerra de Roma, contra los cántabros y astures del aleman Adolf Schulten, el autor que más ha descabalado y distorsionado el tema, siguen tan presentes que, nadie hasta ahora se había atrevido a objetar contra ellas. No así los conferenciantes, que sitúan con razonamientos verificables los hitos más importantes de una guerra que dejo una huella imperecedera en la montaña. Huella que en el siglo VIII se reafirma con la resistencia de Pelayo; el mismo escenario, casi los mismos actores: cántabros y astures, ahora, contra el Islam triunfante.

Vista del Macizo Central y Occidental de Picos de Europa. El mismo escenario de la guerra contra Roma y casi los mismos actores: cántabros y astures se reproduce en el siglo VIII contra el Islam triunfante.(Foto: E. Martino).

EL CANTO DEL RAMO LEONÉS EN CISTIERNA. UNA TRADICIÓN RESCATADA DEL OLVIDO. Siro Sanz García.

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De seis años a esta parte asistimos durante la Misa de Gallo en la iglesia de Cistierna, a una bellísima escena enraizada en lo más profundo de la identidad leonesa. Hablamos del Canto del Ramo de Navidad, una tradición y sencilla ceremonia que en Valmartino y otros pueblos  situados en torno al Macizo de Peñacorada, fue desplazada desde principios del siglo XX por modas foráneas hasta darse casi por perdida, si no fuese por la feliz memoria de los más ancianos. Debemos a la directora de la Graduada de Cistierna: Doña Conchita García Sahelices, que recibió el testigo de su abuela Doña Conce, oriunda de Valmartino, la desinteresada labor desplegada en años pasados, para que el Canto del Ramo se recuperase en todo su esplendor. Y en ese esplendor y colorido tiene gran protagonismo el grupo de danzas Peñacorada, ellos son quienes en momentos previos al ofertorio, inician una procesión desde la puerta del poniente de la Iglesia hasta el presbiterio. Ataviados con el traje de la tierra, abre la comitiva una pareja que porta un hermoso ramo leonés decorado profusamente con cintas, encajes y rosquillas,  les sigue el grupo de danzantes que en parejas bailan acompañados por el sonido de las castañuelas y panderetas. La letra del canto, popular y sencilla, es muy parecida a otras de la tierra leonesa; en concreto a las que aún se conservan en la comarca de la Valduerna. El canto consta de tres partes bien diferenciadas: La entrada o saludo; el cuerpo o parte central donde se describe la tribulación de María y José poco antes el nacimiento de Jesús, adoración de los pastores y de los Reyes Magos; y por último, la despedida, con la felicitación de las fiestas y las gracias al párroco. Transcribimos las estrofas del ancestral canto:

Apartense los señores/ los del medio para fuera/ dejen pasar a este mozo /con este ramo de cera/ Hoy día de Navidad/ día de mucha alegría/ por el rigor del invierno/ iba la Virgen María/ San José iba con ella,/ palabras de amor diciendo:/ no tengas pena María,/ que al pueblo llegamos luego./ Adelante, adelante, José,/ adelante con la jornada,/ vamos llegando a Belén/ a un portal que allí habitaban./ Un pesebre fue su cuna/ y unas pajas su colchón/ y es más bello que la luna/ y más brillante que el sol./ luego que avisados fueron/ los pastores de aquel pueblo,/ a adorarle presurosos/ en camino se pusieron./ Los tres reyes de Oriente/ también fueron avisados/ por mediación de la estrella/ a Belén fueron guiados./ Del nacimiento de Cristo/ el misterio hemos cantado/ misterio de amor y paz/ y para el mundo salvarlo/ y al cura Don Avelino/ gracias le vamos a dar/ que nos ha dado licencia para venir a cantar y bailar./ Y con esto concluimos,/ nuestra historia y nuestro ramo/ y a todos en general/ las santas fiestas les damos.

Vaya nuestro ánimo para Conchi García y el Grupo de danzas Peñacorada, firmes pilares de una tradición recobrada.

 Una pareja ataviada con el traje de la tierra inicia la comitiva del Ramo. (Foto: Siro Sanz)

 El Ramo es llevado hasta el presbiterio y presentado a los sacerdotes. (Foto: Siro Sanz)

 La danza acompaña al Ramo por el centro de la iglesia. (Foto: Siro Sanz)

El Ramo leonés vuelve a ser una tradición  en alza en Cistierna; desplazada hace muchos años por la inefable horterada del árbol nórdico. (Foto: Siro Sanz)

FUENTE LA JAGARIZ. LA HISTORIA Y EL NOMBRE (Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna.)

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Se localiza tan extraordinario manantial en la margen derecha del Esla, debajo de un gran corte de peña caliza, frente a la Casilla y próxima al Puente de Hierro. El diccionario de Madoz, habla de ella como fuente muy notable que manaba a borbotones. La describe del siguiente modo: "Merece particular mención la de la Jahariz (cuya voz arábiga demuestra su antigüedad), porque sobre la fama de que goza por la calidad exquisita de sus aguas, ofrece ala vista un raro juguete de la pródiga naturaleza; su nacimiento es una peña, siendo verdaderamente un borbollón; pero con tal ímpetu hacia arriba, que forma un chorro perenne del grueso de un brazo regular sobre la superficie de sus aguas, como si saliese de un tubo artificial; así es que los transeúntes suelen introducir por su cavidad varas largas de dos y tres brazas, que entran rectamente hacia abajo, y dejándolas luego las despide con violencia; está situada a orillas del río Esla donde concluye la ribera de Gradefes, y empiezan las gargantas de las montañas para ir a Valdeburón" (PASCUAL MADOZ.  Diccionario Geográfico Estadístico de España. Madrid 1845. 
Don Antonio de Valbuena, pondera la fuente con el nombre Jaraiz, en su conferencia sobre el origen del río Esla, (Sociedad Geográfica de Madrid, 1893). Hasta la década de los sesenta del siglo pasado se conservó como siempre la conocieron nuestros antepasados. Manaba en dos lugares diferentes, a muy pocos metros el uno del otro. Se observaba en los dos manaderos cierto reflujo temporal, característico en las fuentes intermitentes de terrenos calizos.
El venero de mayor caudal se recibía con cuatro grandes piedras que delimitaban una poza de aguas frías y cristalinas que brotaban con un caudal de 20 litros por segundo, indicando la dirección de la gran pared caliza que protegía por el Oeste a semejante manantial. En los años setenta, fue captada y se cubrió por un desaliñado y feo cubo de hormigón con la intención de canalizarla para servicio de la villa de Cistierna, pues son perfectamente potables. Se perdió para siempre el carácter agreste y roqueño de la Jagariz vieja, que convertía la base de estas grandes peñas calizas en un pequeño oasis donde los cisterniegos acudían a merendar durante la canícula veraniega. En la  márgen izquierda del Esla en el Km. 57,500, un poco más arriba de la Casilla también existía otro manantial con el nombre de la Jagariz, (ambas márgenes del Esla entre los Rejos Redimora por el Norte, la Casilla y el Puente de Hierro por el Sur conforman el Pago de la Jagariz). Antes de construirse la carretera de Sahagún a las Arriondas, manaba con un caudal de 30 litros por segundo en la base de las rocas calizas que conforman la crestería de los Rejos. En los años cuarenta dicho manantial se capto entre el río y la carretera, construyéndose a tal fin un cubo de hormigón; en los ochenta fue inutilizado vilmente por la presa de la fábrica de luz construida aguas abajo.
Jagariz se viene explicando como uno de los pocos arabismos conservados en la zona. La única palabra árabe con la que podría identificarse es: Jayara (piedra), sin embargo no vemos clara la relación del elemento mineral con la denominación de esta fuente, a no ser que las imponentes peñas calizas fueran para el musulmán un accidente determinante a la hora de nombrar fuente tan importante, que sin duda conocieron en su progresión al interior de la Montaña de Riaño y puertos de Valdeburón. Mucho nos tememos que tal fuente ya estaba bautizada cuando los árabes llegaron a ella, pues observamos que Jagariz, contiene el radical de agua prerromano (Sa), que pasa a ja, y otro ya familiar para nosotros (Gar), evolución de (Car), la terminación iz, puede ser otro radical también antiguo, evolución de (Is). Julia Miranda, localiza una fuente Jacara en la Montaña de Riaño, lo que nos inclina , aún más, a reafirmarnos en el origen prerromano de Jagariz por sus raíces: Sa-Car-Is.

 En la parte inferior izquierda de la imagen vemos la fábrica de luz y sobre ella la gran peña caliza en sombra en cuya base se ubica la exurgencia de la Jagariz. (Foto: Siro Sanz)

 Detalle de las Peñas de la Jagariz, junto a ellas pasa el Camino Real a Sabero.

 Vista del Pago de la Jagariz hacia el Norte, por encima de la Casilla en la margen derecha del Esla. Aquí se capto en los años cuarenta otro importante manantial también conocido como la Jagariz, hoy anegado por la presa de la fábrica de luz. (Foto: Siro Sanz)

 Aquí se situaba el otro gran manantial de la Jagariz. (Foto: Siro Sanz)

Las aguas represadas para la  la fábrica de luz anegaron éste otro notable manantial sin que el pueblo sepa a la fecha si recibió algún tipo de compensación por pérdida tan sensible. (Foto: SiroSanz)

Tercera conferencia del ciclo: “Los Orígenes de la Nación Española de los cántabros a Pelayo”. Los Vadinienses: nuestros misteriosos antepasados. Eutimio Martino-Siro Sanz. 10 de enero de 2014.

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RESUMEN:

Los vadinienses el pueblo más desconocido en si mismo y en su historia, sólo conocido y aún apenas, por las lápidas funerarias de sus hombres, un conjunto de más de 70 en total, y que sigue creciendo.
La primera cuestión acerca de su territorio aparte de un Vadinia consignado por Ptlolomeo en el centro de la cordillera cantábrica, viene sugerida por el territorio marcado por las lápidas: el Sella medio, a la altura de Cangas de Onís hacía el Este, así como el alto Esla de la Cordillera Cantábrica, más algún enlace por el río Ponga. Fuera de aquellos focos Esla-Sella, se registran algunas lápidas como excéntricas hasta Vega de Monasterio al Sur, el Porma al Oeste y Carrión al Este.
Son célebres los contenidos habituales de las lápidas vadinienses: La representación  del caballo, los motivos vegetales, la preeminencia del tío materno, la temprana edad en que muere la mayoría.
Pero tornando a la localización mismo de las lápidas, a los dos núcleos Esla- Sella, subrayamos que se conectan relativamente con el escenario de dos principales campañas de los romanos contra los cántabros, la de Bérgida y la del Monte Vindio, es decir, de la Montaña de Riaño y de los Picos de Europa. Campañas que figuran encuadradas en el relato histórico tanto en lo temporal como en lo físico.
Esta convergencia nos puede llevar a pensar que las lápidas ocupan un lugar determinado como consecuencia de las actuaciones de los mismos vadinienses frente a los romanos y de medidas especiales, de que hubiesen sido objeto por parte de los conquistadores en orden a la romanización. Pues consta que los mismos aplicaron una serie de medidas a los que se habían destacado en la lucha y que todavía representaban el mayor peligro de rebelión.

Hasta el mismo Pelayo siglos más tarde pudo haber seguido la estela de la rebelión.

 Peñacorada, mojón Suroeste de la Cantabria histórica; gozne que une las cuencas altas del Esla-Cea; portón de entrada al montañoso país de los vadinienses. (Foto: Siro Sanz)

Monumento funerario de Arenus. Una de las lápidas más excéntricas hallada fuera de la cordillera en Vega de Monasterio. (Foto: Siro Sanz)



Cuarta conferencia del ciclo: "Los orígenes de la nación española". LA GEOGRAFÍA DE PELAYO. Sede del Instituto Bíblico de Cistierna; Montaña Oriental Leonesa. Viernes 7 de Febrero a las 19:30. Eutimio Martino-Siro Sanz

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La Crónica de Alfonso III, en su versión Rotense narra lo siguiente. "Acabado el reino de los Godos y tomada su capital Toledo, los árabes pusieron gobernadores en  las provincias conquistadas que rindieron sus tributos al invasor, alzaron a Córdoba como capital de los recién llegados. Munuza compañero de Tarik era el prefecto en León en la región de los asturienses. Un cierto Pelayo, espatario del rey Rodrigo, agobiado por la dominación de los hijos de Ismael, entró en Asturias con su hermana. Munuza envió a Pelayo a Córdoba con una embajada y antes de su regreso,  tomó a su hermana en matrimonio con engaños. Pelayo al regresar no consintió la afrenta y se alzó en rebelión siguiendo un plan preconcebido para la salvación de la iglesia. Entonces Tarik envío soldados a Munuza para que redujesen a Pelayo y lo enviasen encadenado a Córdoba".
En la conferencia se desgranará poco a poco el significado de términos y nombres, se explicará que la Asturias altomedieval poco tiene que ver con la provincia delimitada en el siglo XIX. 
Pelayo, un caudillo indígena, iniciará la huida desde el núcleo seguro y primigenio de Liébana, las Asturias de Santillana, hasta el extremo occidental de los Picos de Europa, el mismo marco de la guerra de los cántabros contra Roma; Covadonga donde todo comenzó.

 Pelagius, rex cantabrorum et asturorum.

Desde el Collado de Camára, entrada de Liébana a Áliva. Por la izquierda y en alto vemos el camino de Brez de donde salió huyendo de los árabes Pelayo. Abajo en primer término Tanarrio, en la cuenca del río Belondio. Al fondo, Potes. (Foto: E. Martino)

MOLINOS DE LA MONTAÑA ORIENTAL LEONESA: EL MOLINO DE ALEJE. Artículo publicado en la Revista Comarcal de Riaño Nº 42. Siro Sanz García

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Gracias a los desvelos y dineros de la familia García Fernández, el molino de Aleje es uno de los más interesantes y mejor conservados de la Montaña Oriental. Un remanso de paz y descanso para aquellos que sufren el morbo  de la gran ciudad, un espacio donde aún se percibe el rumor del agua a través de las vetustas piedras y las voces de nuestros antepasados trajinando por la subsistencia diaria. Uno de los pocos molinos que resiste tal como era hace más de cien años, testigo de la dura pero, sin embargo, intensa y plena vida de los antiguos montañeses. Consta como inscrito en el registro de la propiedad de Riaño,  en el tomo 242, folio 163, año 1887, a nombre de Juan Manuel López Alonso; este era un indiano oriundo de Riaño, famoso por su corpulencia, del cual se cuenta había traído de Cuba su peso en oro.
Cuando regresó de América en la segunda mitad del S XIX, se instaló en Madrid. En la capital del reino, funda fábrica de chocolate y chocolatería abierta al público en la calle de Atocha. Como casi todos los indianos a los que la fortuna había sonreído, levantaría  casa en Riaño, un alarde destinado a mostrar a sus paisanos de madreña y boina, lo bien que le había ido en ultramar, además de servir como segunda residencia para pasar los veranos con su familia. El molino sería una de sus mejores inversiones, por lo menos hasta principios del S XX. Se construyó en la margen izquierda del Esla en el pago denominado la Nave. Las trazas del molino y vigilancia de la obra fueron realizadas por el ingeniero de Zaragoza, Señor Amorós. La toma se hizo mediante un azud de unos 50 m. que había que reparar cada año con canto rodado y “babas de rana”; de un extremo salía el canal de 200 m.  que conducía el agua al cárcavo ó cuernavo para mover tres rodeznos. Después,  por otro canal de 100 m., desaguaba de nuevo en el Esla. La sala de molienda estaba compuesta por dos piedras francesas para molturación de trigo, movidas por una turbina y otra para la fabricación de pienso, movida por un rodezno, una limpiadora Belga y una cernedora para separar la harina de trigo. Además se construyó la vivienda del molinero, dos cuadras, una hornera donde se amasaba y cocía el pan. Aparte de la mansión de Riaño, el industrioso indiano construyó una casa aneja al molino, también frecuentada por la familia, con todas las comodidades a las que estaban acostumbradas aquellas gentes venidas de América. Aún se conserva algo de aquel esplendor en las alcobas y muebles de la casa. Un lujo extraño y exótico que debía contrastar con la dureza y precariedad de la vida en Aleje, por aquellos tiempos. Todas las dependencias se distribuían alrededor de un gran patio porticado o  corralada, lugar indispensable y común en muchos molinos, donde se ataban las caballerías mayores y menores; también servía para guardar durante la noche los carros de vacas cargados de trigo y centeno. Desde la carretera, se accedía a la corralada a través de un gran portón de madera cubierto por una gran portalada que aún se mantiene restaurada con buen criterio y gusto por los propietarios.  A principios del S. XX falleció el indiano riañés, pasando el capital a su hijo Félix López Vega,  residente en Madrid. En el año 1903, D. Micael Fernández, oriundo de Villaverde de Arcayos y Doña Eudoxia Escanciano natural de La Llama de la Guzpeña, que estaban de molineros en Crémenes, bajaron en régimen de alquiler al molino de Aleje. Venían con cuatro hijos: Amelio, Domitila, Esther y Alicia. En el molino les nacerían otros dos hijos: Abel y Magdalena. Los problemas económicos acuciaban al propietario, que se vio obligado a vender el molino a Doña Eudoxia, ya viuda y a su hijo Amelio. El dinero escaseaba y fue una familia de Alejico la que prestó   los fondos que faltaban para la compra.
Molían aquí los pueblos de Aleje, Alejico, Verdiago, Santaolaja, Fuentes de Peñacorada, y Ocejo de la Peña. En años de seca, incluso se acercaban a moler al río grande, algunos pueblos del  Valle del Tuejar: Ferreras, Las Muñecas, La Mata, Renedo. Aquellas gentes, bordeaban la cara norte del macizo de Peñacorada y, por la calzada de Fuentes, con gran dificultad debido a lo abrupto del terreno, descendían a la cuenca del Esla con sus carros de vacas, burros y machos cargados de sacos de trigo y centeno. También hacía parada en este molino, cuando regresaba de Campos,  la carretería de los ocho pueblos de Valdeón. Los valdeones bajaban a Campos con los carros llenos de yugos, cambas, ijadas, horcas, rastrillos, palas de madera y subían cargados de trigo y vino. A veces pernoctaban hasta tres noches seguidas bajo los portales; al cuarto día, cuando todo el trigo estaba molido continuaban la marcha a sus pueblos de origen. Las propietarias, aún recuerdan la comida básica de los valdeones en sus idas  a campos: pan de trigo, y buenas patas de cabra y machorra acecinadas ó cocidas. También formaba parte del complejo molinario una tienda de ultramarinos que hacía las veces de taberna. Mientras molían sus cargas, las mujeres de Ocejo y Fuentes de Peñacorada encargaban, las que tenían dinero, una peseta de chicharro en escabeche y un vaso de vino para acompañar el pan que traían; la que no tenía una peseta, se conformaba con mojar el pan en el vino. La buena de Eudoxia a veces les regalaba con un plato de sopa de cocido acompañada de unos pocos garbanzos. Los usuarios del molino pagaban con su correspondiente maquila. Cuando muere Amelio, el hijo mayor de Eudoxia y Micael, la propiedad pasó a Alicia y a su hermano Abel Fernández Escanciano; esta y sus hijos compraron la parte de Abel.
Alicia  y Silvestre, padres de los actuales propietarios: Isabel, María Gloria, y José Luis García Fernández explotaron desde entonces el molino que después de 1957 fue dado  en arriendo, primero a Victor (alias Dinamita), después a Zósimo Bayón y finalmente a Don Diosdado Antolín Gutiérrez, último molinero que aquí trajinó desde 1965 cuando vino del Otero de Valdetuejar, donde también era molinero, muy conocido en Cistierna por su comercio de maquinaria y electrónica. Diosdado fue, con la familia Tagarro de Cistierna, uno de los últimos y más esforzados molineros del Alto Esla. En su tiempo aún bajaban a moler los pueblos de Fuentes de Peñacorada y Ocejo. Esto duró hasta que se dejó de sembrar y amasar en las casas, más ó menos en los años finales de la década de los sesenta. Diosdado se dedicaría después a la fabricación de piensos para el ganado moliendo con una sola muela. Compraba 10.000 kilos de cebada cervecera, la mejor para engordar la leche y la carne, y se tiraba día y noche moliendo. Para semejante cantidad, las muelas tenían que estar en perfecto estado y este molinero fue siempre habilísimo en el arte de picar las durísimas piedras francesas; tres días le ocupaba el picar una de ellas. Cuando la faena de moler terminaba, vendía su mercancía por los pueblos, primero en un motocarro y más tarde en una furgoneta. Algunos almacenes de Cistierna, como el de Varela y Jambrina, también eran servidos por el molinero de Aleje. La creación de la cooperativa de Sorriba del Esla dio al traste con el molino de Aleje. Don Diosdado cesaría su actividad  como molinero en 1985. La familia Fernández Escanciano, que regentó este molino hasta 1957 del siglo que pasó, aún es recordada por las gentes de la comarca debido a su buen hacer en el arte de la molinería y los muchos favores repartidos. Hacia mediados del S. XVIII, existían en la Montaña Oriental Leonesa unos 253 molinos; apenas llegarán a los cincuenta los que aún se mantienen, en distintos grados de ruina, en ríos y arroyos.
Contemplamos hoy día la destrucción por parte de Confederación Hidrográfica del Duero de muchos azudes y presas, parte integrante e indispensable en los molinos, a veces, la única estructura  constructiva que se ha conservado. Nos asombra que nadie, sobre todo, autoridades y aquellos que deben velar por estos bienes históricos y patrimoniales, no alcen su voz en contra de semejantes tropelías. Se alega sin base científica, que los azudes son un impedimento para los ecosistemas de los ríos y que la restauración de los cauces pasa por su destrucción. Olvidan que los azudes son parte integrante del paisaje montañés, algunos de ellos llevan ahí más de 300 años, en ese tiempo se han integrado perfectamente en el paisaje y en la vida del río.  Nunca constituyeron una barrera para la fauna piscícola; al contrario, las remansadas tablas y los recovecos de sus viejas estructuras servían de seguro refugio a las especies piscícolas. La abundancia de pesca, truchas, anguilas, barbos por encima y debajo de las presas, en el tiempo anterior a la construcción del pantano de Riaño y la contaminación de los ríos, prueba que estas pequeñas presas no eran ningún obstáculo a la vida del río. Otros intereses se siguen cuando se decide destruir el patrimonio molinario.
 Corralada del molino con sus dependencias y anejos. (Foto: Siro Sanz)

 Vista de la corralada desde la presa de evacuación. (Foto: Siro Sanz)

 Presa que conduce las aguas del Esla hasta el cárcavo del molino. (Foto: Siro Sanz)

 Sala de molienda. (Foto: Siro Sanz)

Molino de Aleje en la carretera de Sahagún a las Arriondas. (Foto: Siro Sanz)

RESUMEN DE LA CONFERENCIA: LA GEOGRAFÍA DE PELAYO. SEDE DEL INSTITUTO BIBLICO Y ORIENTAL DE CISTIERNA. Eutimio Martino-Siro Sanz

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Apuntaba Ambrosio de Morales en el siglo XVI que el ejemplo de la resistencia de los antiguos contra las legiones romanas, planteada en las montañas de la Cordillera Cantábrica, pudo inspirar a Pelayo a repetir lo mismo pero ahora contra el Islam. Pelayo se sirvió de aquella infraestructura viaria guerrera que para el romano fue instrumento de sometimiento y ahora para la cristiandad oprimida se convertirá en instrumento de liberación. El tema de Pelayo ha sido hasta el momento un tema enigmático, imposible y vedado, con muchísimos datos contrarios difíciles de armonizar. Algunos autores incluso encuadran a Pelayo y Covadonga en el plano del mito y de lo irreal. La metodología para acercarse al enigma ha sido: la lectura de las fuentes, en concreto la crónica de Alfonso III en su versión Rotense, se ha trabajado mucho la geografía y la antroponimia. Realizada esta labor, emerge una figura que tiene sus raíces en el Vindio, en concreto en Liébana, un notable entre los cántabros que pisa las antiguas calzadas romanas y reune al toque del cuerno de la guerra a los indígenas montañeses que se alzan para la "salvación de la iglesia". No olvidamos que en la crónica se habla del territorio asturiense, pero el territorio del primitivo reino astur en su mayor parte correspondía a la región habitada en la época romana por los cántabros, sin olvidar que en la época medieval amplias comarcas de la actual provincia de Santander, cántabras en época romana, reciben el nombre de Asturias. Todo comienza con la huida de Pelayo: “Los árabes habían penetrado en Asturias y se disponían a detenerlo por engaño en una aldea llamada Brece, cuando le fue comunicado a Pelayo por un amigo el intento de los árabes. Pero, como los sarracenos eran más en número, viendo Pelayo que no podía resistirles, primeramente saliendo lentamente de entre ellos y luego a la carrera, llegó a la orilla del río Pianonia , el cual encontró en llena y fuera de madre, No obstante, valiéndose de un apoyo para sobrenadar  y sin abandonar su caballo alcanzó la otra orilla y ascendió a un monte; los sarracenos dejaron de perseguirle. Él, por su parte, dirigiéndose a zona montañosa, enroló consigo a cuantos encontró que acudían presurosos a concejo…
Hasta ahora la aldea de Brece de donde huye perseguido Pelayo a los Picos y el río Pianonia se localizaban en Infiesto donde existe un caserío denominado Brecín y un río Piloña derivado del Pianonia. Sin embargo encontramos en Liébana una aldea denominada Brez y un río Belondio. Ambos derivan perfectamente del Brece y del Pianonia de la crónica. La fuga de Pelayo hacía un Piloña salido de madre y a un valle abierto no tiene sentido. Brecín escondido entre las colinas y sus bosques  prestaba un buen escondite sin lanzarse al río. Además la lejanía de Brecín de los Picos de Europa unos 30 kilómetros nos parece excesiva. No así el Brez de Liébana bajo el Macizo Oriental de Picos de Europa, y muy próximo por el Collado de Cámara al Macizo Central. La montaña cuya ascensión hace desistir a los árabes no destaca al revés que los Picos, sobre la que Pelayo habría dejado atrás en el Sueve, ni un río Piloña, desbordado por Infiesto sería vadeable en aquel tiempo ni hoy. Pelayo se mueve durante unos años antes de la batalla de Covadonga en el entorno del Monte Vindio, donde escaramucea con los árabes. La tradición de Pelayo entre los valdeones, los lebaniegos e incluso entre los habitantes de la Comarca de Riaño es aún más fuerte que en Infiesto y otras partes de la Asturias actual. Covadonga no es el mito irreal que algunos pretenden, tampoco una extraordinaria batalla por el número de contendientes, pero si un carnicería lo suficientemente execrable para ser disminuida en las fuentes árabes. Bajo la Cruz de Priena las fuerzas árabes fueron masacradas, los supervivientes divididos, algunos huirían por la ruta que traían otros subirían a la meseta de Enol y con guías intentarían el camino del Sur, siguiendo vías empedradas que bajan hasta Arenas de Cabrales, después por el Caoro subirán hasta Portudera para bajar a  Tielve y de allí a los puertos de Aliva, perdiéndose hacía Liébana donde serán definitivamente exterminados en Cosgaya.
 Brez (a la derecha) encaramado en un extremo del Macizo Oriental enfilando la entrada del Collado de Cámara hacia Aliva. (Foto: E. Martino)

 Calzada entre Tanarrio y Cámara, a contracorriente del río Belondio. (Foto: E. Martino)


 Cuenca alta del Río Belondio, la que atraviesa el camino de Brez al Collado de Cámara, perceptible en la parte superior izquierda de la imagen. En el centro Tanarrio. (Foto: E. Martino)

Les Cueñes del Cantón entre Velvín y Soñín en la vía que baja a Lincós. Por donde dirigidos inevitablemente por guías del país los árabes en huida descenderían hasta Arenas de Cabrales. (Foto: E. Martino)

Puerto de Era (Portudera) y la calzada del Caoro, tan necesaria para la comunicación entre Arenas de Cabrales (arriba a la izquierda) y Liebana a través de Áliva y Espinama. La calzada sale de Arenas y la vemos dibujada atravesando las majadas de Portudera para bajar a Tielve, un camino que con guías del país los árabes debieron tomar para salir al Sur. (Dibujos del Archivo de la Real Chancillería de Valladolid. Carpeta 16, nº 232)

Quinta conferencia del ciclo: "Los orígenes de la nación española". LA BATALLA DE PONTUVIO (PONTÓN), LA SEGUNDA COVADONGA. Sede del Instituto Biblico y Oriental de Cistierna. Montaña Oriental Leonesa. Viernes 7 de Marzo a las 19,30. Eutimio Martino- Siro Sanz

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La Batalla de Pontuvio, la pelea el rey Fruela I contra los árabes en un momento comprendido entre los años 757-768. Siguiendo el Chronicon Sebastiani “in loco qui vocatur Pontumio provincia Gallaeciae” esta  batalla se ubicaba por muchos en la Galicia étnica sin tener en cuenta la Galaecia devenida por la división de Diocleciano, que comprendía hasta el río Cea. Partiendo de esta premisa, en la conferencia se interpretará el nombre Pontuvio, Pontumio, Ponturico, Pontumo, Ponmptuno para llegar a identificarlo con el Pontón de la Montaña de Riaño. Una batalla decisiva para el recién nacido reino astur que lucha por la supervivencia y que otros han llevado a Puente de Eume en Galicia muy alejada del núcleo primigenio que los musulmanes deseaban aniquilar. Creemos nosotros que las fuerzas musulmanas penetraron por el valle del Esla ó Cea, ambos surcados por calzadas romanas, y después intentarían traspasar los puertos para  atacar directamente al enemigo cristiano. Estos últimos, en caso de derrota, fiarían su defensa al abrigo de los Picos de Europa, en los cuales sus antepasados cántabros ya se habían refugiado después del desastre de Bérgida.  Por si ello fuese poco, la tradición afirma que las ermitas de Riosol, Arcenorio y Pontón, todas ellas en torno al escenario de la batalla, fueron fundadas en honor a una gran victoria de los cristianos contra los musulmanes.

 Santuario de la Virgen de Riosol. (Foto: Siro Sanz)

Vista de Sajambre. En alto a la derecha el Puerto de Pontón. (Foto: E. Martino)

RESUMEN DE LA QUINTA CONFERENCIA DEL CICLO: LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. LA BATALLA DE PONTUVIO: LA SEGUNDA COVADONGA. Sede del Instituto Biblico y Oriental en Cistierna. Eutimio Martino- Siro Sanz

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La batalla de Pontuvio al igual que Covadonga fue una batalla importante. Si en aquella se ponían las bases para el nacimiento de una dinastía y un reino que permitía la vida de los cristianos en un reducido núcleo en torno a los Picos de Europa, en esta de Pontuvio se marcaban a fuego los límites por los cuales los musulmanes no volverían a penetrar jamás, límites que protegían la primera capital, sede real, Cangas de Onís.
El Padre Zacarías García Villada examinados hasta 10 códices que nombran la batalla en un lugar de Galaecia, con distintos nombres: Pontunno, Pontumio, Pontoruico, Pontuvio etc, rechaza casi todos y acepta como no contaminado el nombre de Pontuvio. Muchos historiadores se fueron a buscar el nombre a la Galicia étnica, pues en uno de los códices alguien interpretó: Puentes de Eume, olvidando la Galaecia-Galicia devenida por la división de Diocleciano cuando el imperio romano, una Galicia más extensa que llegaba hasta el río Cea. Ya en 1915 el General Ricardo Burguete en su obra: “Rectificaciones históricas de Guadalete a Covadonga” apuntaba la posibilidad de que el Pontón en la Montaña de Riaño fuese el lugar donde se dio esa batalla.

Un ejército árabe subía por el centro de la península siguiendo la calzada que de Complutum (Alcalá) se dirigía a Palantia cerca de Mansilla y desde aquí por la calzada del Esla ascenderían hasta los puertos con Asturias. Avisado el rey Fruela y los suyos, vigilaban los pasos de: Tarna, Ventaniella, Arcenorio y Pontón. El ejército árabe tendría que dividirse para entrar en Asturias por pasos muy estrechos, las emboscadas se realizarían en la parte más escabrosa, hacia el norte, después de las primeras escaramuzas y en desbandada, los árabes se reagruparían en las Vegas de Pontón, Ventaniella y Arcenorio, donde perecieron. Cuatro son las ermitas casi simetricas, dos al Norte de la cordillera (Ventaniella y Arcenorio) y dos al Sur (Pontón y Riosol), donde la tradición pertinaz dice que: "fueron levantadas en acción de gracias a la Señora como en Covadonga, por una gran victoria alcanzada sobre un ejército musulmán". Como siempre el trabajo de campo y el análisis de la tradición para ver que poso de realidad guarda, han sido las vías utilizadas para estudiar el tema, al igual que los árabes que lejos de atacar a Gangas por la Galicia Lucense, se dirigen por las vías directas heredadas de la plantilla romana.
 Desde la Peña de todos los Vientos en Acebedo (x) divisamos: Peña Ten (2), Pileñes (3), Puerto de Ventaniella (4), Puerto de Arcenorio (5); los pasos de la cordillera junto a Pontón en la retaguardia de Cangas. (Foto: La huella de las Legiones)
 La ruta a Ventaniella, por el Valle de Valdosin, a su entrada la Peña el Castiello y en primer término en la pradería, situada en confluencia las ruinas de la ermita de San Miguel, el ángel batallador. (Foto: Siro Sanz)

 Caserio y ermita de Ventaniella, arriba el puerto deVentaniella en el límite con León. (Foto: La huella de las Legiones)
La calzada de Ventaniella en Sobrefoz. (Foto: La Huella de las Legiones)

 La Vega la Casa. Ermita de Arcenorio. (Foto: La huella de las Legiones)

 COLLADA LA CAMPA. Dicen y tienen por cierto/ que en la Collada la Campa/ acamparon muchos moros/cuando se dio una batalla/ Esta Virgen de Arcenorio/ mereció ser coronada/ por el milagro que hizo/ cuando gano una batalla (letrilla popular). (Foto. La huella de las Legiones)
 Valle de Sajambre. A la derecha el Ponton y la Vía Saliámica por donde los árabes intentarían pasar a Asturias. (Foto: E. Martino)

Ermita de Pontón. (Foto: Siro Sanz)

MOLINOS DE LA MONTAÑA ORIENTAL LEONESA. EL MOLINO DEL RIBERO (Sorriba-Cistierna). UN BIEN PATRIMONIAL EN PELIGRO DE EXTINCIÓN. Siro Sanz García

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Hace unos 14 años que la Confederación Hidrográficadel Duero se apoderó por expropiación (consecuencia de la construcción del Canal de los Payuelos) del Molino del Ribero o de Teodoro. Confederación desalojó el mismo por la vía forzosa y de urgencia a la Familia Rodríguez Tagarro, dinastía de molineros que como propietaria del mismo, lo poseía, habitaba y laboró durante generaciones.
El molino del Ribero documentado ya a principios del S. XVIII, era hasta el año 1993  uno de los más imponentes y, mejor conservados de la cuenca alta del Esla. De entonces acá, la familia Tagarro, con gran sacrificio de su hacienda y tiempo, inició un proceso de reversión demostrando que las alegaciones de Confederación eran presuntamente dolosas e inciertas. Probando también que la inundación del molino era imposible que ocurriese, pues ese fue uno de los principales motivos alegados por Confederación para argumentar la expropiación. Aquí adjunto una serie de motivos que se pueden alegar para apoyar las justas pretensiones de la familia Tagarro. 

  1. La importancia del Molino del Ribero como bien patrimonial de primer orden en el municipio de Cistierna. Uno de los mejor conservados en cuanto a edificación, anejos y maquinaría.

  1.  El Molino, por proximidad forma parte de un conjunto patrimonial más amplio integrado por el Puente de Mercadillo a 400 metros (también muy agredido por la presa de los Payuelos); el Molino de Solores, Bien de Interés Cultural a escasos 1000 metros; La Virgen de la Vega (antigua ermita donde se halló lápida Vadiniense) y el pueblo de Sorriba con su conjunto de casonas hidalgas. La inmediatez del molino al camino de Santiago, Vía Vadiniense es también de reseñar.

  1.  Importancia del Molino del Ribero como seña de identidad para los Cisterniegos que después de una brutal reconversión minera, necesitan de activos económicos, sobre todo los referidos al patrimonio histórico y etnológico,  del cual el Molino del Ribero es uno de los activos más importantes.
Mucho nos tememos que Confederación hará caso omiso de todo. La ruina inminente de toda la fábrica del edificio no augura mucho futuro para tan notable construcción. En mi libro: "Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna" hice una detallada descripción histórica del molino para aquellos que se interesen por el tema.
 Conjunto del Molino del Ribero hace unos 7 años. (Foto: Carlos Ferreras. Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna)

 Cárcavo del Molino del Ribero.(Foto: Carlos Ferreras. Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna)

 Sala de molienda, hace 7 años aún se conservaban tres piedras.(Foto: Carlos Ferreras. Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna)

 Extraordinario horno conservado en las instalaciones del Molino Nuevo o del Ribero.(Foto: Carlos Ferreras. Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna)

 Cernedoras del Molino Nuevo o del Ribero. (Foto: Carlos Ferreras. Del libro: Origen y misterio de los nombres de agua en el Concejo de Cistierna)




LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA: DE LOS CÁNTABROS A PELAYO. 6º Conferencia. Vadinia: la última hipótesis. Instituto Biblico y Oriental de Cistierna. Eutimio Martino- Siro Sanz. Viernes 4 de Abril, a las 19.30 h

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La distribución espacial del la tribu Vadiniense viene determinada por  los hallazgos de las lápidas funerarias pertenecientes a este pueblo, pero, nos podemos preguntar: ¿el espacio donde aparecen las lápidas, son las tierras ancestrales de este pueblo?.. 
Parece un poco absurdo firmar con el gentilicio Vadiniense muchas de ellas. Si pensamos que ellos habitaban su propio territorio, no era necesario afirmar una y otra vez su pertenencia a la tribu Vadiniense. 
Esta cuestión será tratada ampliamente el próximo viernes día 4 de abril en el salón de la rectoral de Cistierna, sede del Instituto Bíblico y Oriental.


Mapa de Ptolomeo. Vadinia aparece al extremo Oriental del Vindio, como entrañada en la cordillera. 

6º CONFERENCIA DEL CICLO LOS ORÍGENES DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. DE LOS CÁNTABROS A PELAYO. Vadinia: La última hipótesis. Eutimio Martino-Siro Sanz. 4 de abril-2014. RESUMEN

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La distribución espacial del la tribu Vadiniense viene determinada por  los hallazgos de las lápidas funerarias pertenecientes a este pueblo, pero, nos podemos preguntar: ¿el espacio donde aparecen las lápidas, son las tierras ancestrales de este pueblo?Parece un poco absurdo firmar con el gentilicio Vadiniense muchas de ellas.
Si pensamos que ellos habitaban su propio territorio, no era necesario afirmar una y otra vez su pertenencia a la tribu Vadiniense. 
Hasta ahora se explicaba con dos teorías muy cuestionables, la del nomadismo y una expansión demográfica, la distribución de la tribu a un lado y otro de la cordillera: al Norte de la Cantábrica Ponga, Güeña, Cangas y Corao; al Sur, cuenca alta del Esla-Cea-Porma, llegando un poco más abajo de Cistierna.

Los conferenciantes sin embargo se preguntan por la ausencia de lápidas en Valdeón y Sajambre, donde hasta el momento no ha aparecido ni siquiera un testimonio funerario perteneciente a este pueblo y, también por la supuesta ausencia de castros en esa zona; aunque la Corona de Sajambre y la Peña el Castiello en Valdeón muestran claros indicios castreños.Para ellos queda bien claro que las lápidas no deben buscarse en los castros, aparecen donde deben aparecer, en las poblaciones de fondo de valle, siendo los primeros vestigios de urbanización y del proceso de romanización de muchos de los núcleos montañeses, lo que nos aleja de la teoría del nomadismo. La lápida de Pedrosa del Rey que nombra a un vicani(aldeano) en su vicus (aldea) es suficiente prueba del proceso romanizador impuesto por los conquistadores. Roma fija a las poblaciones para controlarlas militarmente e imponer sobre ellas los tributos del imperio.  Los clanes vadinienses fueron desplazados de las crestas de la cordillera entre el año 19 a.C y principios del siglo I. Es éste un hecho fielmente constatado por los autores clásicos (Floro-Dión Casio) que escribieron sobre aquella cruenta guerra, solo después del conflicto con Roma adquiere notoriedad Vadinia; antes de Tolomeo (s. II), ni Plinio ni Mela nombran a Vadinia. Los dos núcleos del Sella y alto Esla desde Cistierna hacía el Norte, se relacionan con el escenario de dos principales campañas de los romanos contra los cántabros: la de Bérgida y la del Monte Vindio; ambas conectadas en el relato histórico, tanto en lo temporal como en lo físico. La guerra montañera contra Roma 29-19 a.C, nos induce a pensar que dichas lápidas ocupan un lugar determinado como consecuencia de la actuación de los vadinienses contra los romanos y de las medidas que éstos tomaron contra ellos, que no fue otra que la deportación de sus tierras ancestrales, por haberse destacado en el conflicto. Debido a claros indicios en la toponimia y por la ausencia de monumentos funerarios en Sajambre y Valdeón se puede afirmar, que en esos valles se encuentra el origen de tan misterioso pueblo. 

Lápida de Cornelio Nepos, ciudadano vadiniense, procurador u hombre principal de sus convecinos, aparecida en Pedrosa del Rey (León). (Foto: Siro Sanz. Museo de Riaño)


 Monumento funerario de Dovidero príncipe de los cántabros, Robledo de la Guzpeña. (Foto: Siro Sanz. Museo de León)


Monumento funerario de Cangilo Virono. Villapadierna. Esta lápida nos muestra la importancia del avunculado (tío materno) entre los vadinienses. (Foto: Siro Sanz. Museo de León)

ROMANCE DE LA LOBA PARDA. RECOGIDO A PRINCIPIOS DE LOS AÑOS OCHENTA EN ROBLEDO DE LA GUZPEÑA DE AURORA GARCÍA DEL BLANCO

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Lo recibí de mi tía abuela materna  Aurora García del Blanco, de Robledo de la Guzpeña, y ella de mi bisabuela materna Felisa del Blanco Fernández de la Mata de Monteagudo y ésta de su madre Toribia Fernández de Ferreras del Puerto, recordado también por mi otra tía Eusebia Tejerina Valbuena de la Llama de la Guzpeña.

Estando yo en la mi puerta  pintando la mi cayada

Las cabriellas altas iban  la luna abajada

Vide bajar  cinco lobus por una escura cañada

Venían echando suertes cuál entrará a la mi majada

Le tocó a una loba vieja, tuerta cana y parda

 tenía los colmillos como puntas de navaja.

Siete vueltas dio al corral  y no pudo coger nada

 La última vuelta que dio cogió la borrega blanca

hija de la oveja churra, nieta de la orejicortada

La que los mis padres tenían para el día de la pascua

¡aquí mis siete mastines, aquí la mi perra galana

 cogeime la loba parda!

 Si me la cogéis comeréis  leche y jogaza

Y si no me la cogéis comeréis de la mi callada

Anduvieron siete leguas no podían alcanzaila

Al cabo de cinco leguas las uñas se esmigajaban

Y al cabo de otras cinco leguas cogieron la loba parda

¡aquí tenéis la vuestra oveja, pura blanca como estaba!

no queremos la nuestra oveja de la tu boca babayada

quereimos la tu pelleja, pal pastor una zamarra

de las piernas unas zaonas, de los brazus unas mangas

de la cabeza un zurrón pa metei las cucharas

y de las tripas rabeles, pa que dancen las damas

 Siesta del mastín de la tía Goya en Robledo de la Guzpeña. (Foto: Siro Sanz)

Robledo de la Guzpeña, bajo la sagrada montaña de Peñacorada, patria chica de Dovidero príncipe de los cántabros. (Foto: Siro Sanz)

IGLESIA DE SAN MARTIN DE ALION (Las Salas) Siro Sanz García

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La iglesia de San Martín de Alión es uno de los edificios más venerables y antiguos de la Montaña Oriental Leonesa. Aparece por primera vez en un documento del rey astur-leonés Alfonso III, en el cual se confirman  a Sisnando de Liébana villas e iglesias en el alto Esla (año 874). Dicho documento describe un panorama desolador de las iglesias y monasterios de la garganta del Esla desde Cistierna hasta las Salas, destruidos por las aceifas musulmanas hasta sus cimientos, que eso es lo que significa stirpe. Sisnando de Liébana, repuebla, fortifica los castros y coloniza la comarca hasta los castillos de Aguilar entre Cistierna y Sabero.
San Martín de Alión entra  así en otro capítulo de su dilatada  historia que se remonta a la época visigoda e incluso a la romana. La advocación a San Martín estaba aquí mucho antes de que comenzasen las peregrinaciones a Santiago. El culto cristiano sustituyo al pagano romano a veces in situ. El adjetivo Martinus “perteneciente a Marte” y el culto a Marte característico de los campamentos militares, pudo entrar aquí durante la guerra de roma contra los cántabros.

CONFIRMACIÓN DE ALFONSO III DE VILLAS E IGLESIAS EN LA GARGANTA DEL ESLA A SISNANDO DE LIEBANA. (Tumbo A, f. 2vd Catedral de Santiago de Compostela).
Adefonsus Sisnando presbitero secundum quod nobis suggessisthi per hanc nostram iussione concedimus tibi uel fratibus qui sub manu tua sunt, eclesiam sancte marie in territorio libanense, quod dicunt, ad uillam Causecadie, trans foris monte, quas modo temporibus nostris deo auxiliante adprehendimus et dilatauimus, id est in confinio iuxta flumen est(ola) uilla uocabulo alesee cum parietibus destructis et ecclesiis quas de stirpe adprehendidisti ex quibus unam uocabulo sancta Eulalia, et aliam uillam uerdiagio de riuo usque in monte sub ecclesia sancti martini. Confirmamus tibi monasterium quod est in uilla Cremanes, uocabulo sancti cristoforii secut fluuium estola quod ante dudum prehendidisti nemime possidente. Per arrogio arguuelio de bustos exitus usque de ordas et de illa inttercisa usque ad forcatta de mentare per terminos ipsius ville et ecclesie sancti martini in locum alione quam cum tuos frates adprehedidisti….

Alfonso al presbítero Sisnando, de acuerdo con lo que nos aconsejaste, por nuestro mandato concedimos a ti y a los hermanos que están bajo tu autoridad, la iglesia de Santa María  en el territorio que llaman Liébana en a la villa de Cosgaya y, en el territorio de forismontes, aquellas que ahora recientemente, en nuestro tiempo  con la ayuda de Dios tomamos y ampliamos y están en la frontera junto al río Esla: la villa llamada Aleje con las paredes destruidas y las iglesias las cuales tomaste de sus cimientos (de stirpe) de la destrucción total, de las cuales una se llama Santa Eulalia, y otra la villa Verdiago, del río hasta el monte con la iglesia de San Martín. Te confirmamos el monasterio de San Cristóbalque está en la villa de Crémenes, junto al río Esla, que recientemente tomaste sin nadie que lo poseyese, por el arroyo de Argovejo y la salida al busto hasta Ordás y de aquella Intercisahasta  la Horcada de Mental, por los mismos límites de la villa e iglesia  de San Martín en el lugar de Alión la cual con tus hermanos tomaste…

(Investigación y Texto que consta en el atril de la Calzada del Esla a la altura de Las Salas)

 Documento de donación a Sisnando de Liébana de villas e iglesias en el Alto Esla año 874. (Foto: Siro Sanz)

Ruinas de la venerable iglesia de San Martín de Alión.(Foto: Siro Sanz)

DOMINGO LÓPEZ ALONSO. EMPRENDEDORES Y EMPRESARIOS MINEROS EN CISTIERNA Y SABERO EN EL S. XX. Resumen de la Conferencia en el Museo de la Siderurgia de León y Castilla, 26 de abril(Sabero)

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La figura de Domingo López Alonso sobredimensiona el tema que iniciamos hace más de un año acerca de las empresas y empresarios mineros satélites a la gran empresa de Hulleras de Sabero y Anexas. Comenzábamos entonces a relatar la historia de la empresa minera Hulleras de Cistierna y Argovejo fundada por franceses procedentes de Lille, Norte de Francia, ya en la frontera Belga, vimos sus logros y el abandono de todas las infraestructuras al comienzo de la primera gran guerra europea. Esa empresa abandonada, es inmediatamente tomada por empresarios mineros minoristas como: Esteban Corral, Tiburcio Vallinas, Gabriel el Carrero y finalmente Hulleras del Esla cuyo propietario fue don Joaquín Molins. En la siguiente cita en el Museo de la Siderurgia, aparecía la figura de Esteban Corral como destacado entre aquel grupo y con gran influencia política en el Ayuntamiento de Cistierna, del cual entonces formaba parte todo el Valle de Sabero. Asistíamos en su tiempo (1927) a segregación de casi toda la cuenca minera del ayuntamiento cisterniego para instaurar el nuevo ayuntamiento de Sabero. Nos parece meridianamente claro que detrás de todo el asunto, los hilos de la trama eran movidos por la misma empresa deseosa de liberarse de Cistierna y controlar desde Sabero la mayor parte de la cuenca minera. Luego vendrían Miranda, Crender, Victor Diez Garmón etc. A diferencia de los anteriores, Domingo López dará un salto cualitativo y cuantitativo, propiciado por la capitalización de sus ganancias mineras hacia el mundo de las finanzas y la gran empresa. Por lo tanto estamos ante una de las figuras más relevantes de esta saga de emprendedores que hizo de Cistierna y Sabero su trampolín hacia el mundo de los negocios ajenos a la minería. Desde la humildad de sus orígenes bercianos (Lumeras-Candin) y con las únicas armas del esfuerzo e inteligencia, Domingo López llegó a crear un emporio económico de empresas mineras, pesqueras, construcción, cinegéticas y de transportes. Un hijo de su tiempo, en una España recién salida de la guerra civil donde todo, absolutamente todo estaba por hacer y, donde las influencias, amistades, fobias y filias políticas se tenían muy en cuenta. En este ambiente de la España de la posguerra, es en el cual Domingo López cayó de pie desde el primer momento. Y es en Cistierna  donde dieron comienzo sus actividades mineras como productor. Una expansión minera que desde 1951 hasta los años setenta le convirtieron en el mayor productor individual de carbón y, el número 12 entre todas las empresas mineras del país, contando con más de 300.000 toneladas de producción al año y 1200 trabajadores. Su llegada a la villa es un tanto accidental. Pasaba con cinco camiones cargados de madera para entivar en las minas de la zona de Guardo. Estamos en enero de 1940. En Sahagún el convoy se pierde y termina en Cistierna. La mala o buena suerte quiso que cayera una gran nevada que aisló todo el piedemonte de la cantábrica. Se instaló en el Hotel Moderno cuyos propietarios eran Inocencio Recio y Mercedes Sagüillo con ellos y sus sobrinos Emma y Siro establece una relación que el mismo califica de familiar. En las tertulias nocturnas del Moderno conoce a lo más granado de la sociedad cisterniega: Don Emilio Brum gerente de Hulleras del Esla; Don Joaquín Molíns propietario de las minas de Comarco, Argovejo y Ocejo; Lasso; Don Ezequiel Echevarría, médico en la villa; Don Felix Montañés, empresario; Don Tiburcio Vallinas, farmacéutico y empresario minero; Don Gabriel, carrero y empresario minero; Miranda y Don Esteban Corral empresarios mineros.  Unos y otros le informan de las posibilidades de la comarca en la cual el creyó siempre hasta el final. Su relación con los cisterniegos fue tan intensa que a su boda en Bilbao el tren de la Robla tuvo que añadir en Cistierna 3 vagones de primera. Sus minas en la zona de Sabero fueron: Eglantine, Gonzalo, Mariaté I y II; en VenerosHulleras del Oeste; en la Magadalena la Mina Encarnación y, en Fabero el grupo Plus ultra. De Cistierna da el salto a Léon donde es concejal desde 1955 hasta 1961. En la etapa leonesa compra el Banco de Medina a Fernando de Prado Colón y Carvajal, y cambia su nombre por el de Banco de Valladolid, inmediatamente dará el salto a Madrid; el Banco de Valladolid se convertirá con el tiempo en uno de los principales quebraderos de cabeza para Domingo. A partir de 1978 perseguido con saña por Mariano Rubio y Ángel Rojo, nuestro empresario es prácticamente despojado de todas sus propiedades. Con una fuerza inusitada y, a una edad muy avanzada, emprende una épica lucha judicial con el fin de recuperar su patrimonio, lucha que llega hasta principios del siglo XXI. 
Destacamos en Domingo López la fidelidad a sus orígenes y a sus paisanos leoneses del Bierzo, de Cistierna, de Sabero, de Aleje; también su fortaleza y espíritu de lucha en las peores circunstancias económicas que hubiese imaginado. Perseveró en esos aciagos tiempos en el amor a su familia y en especial a su esposa María Teresa a la que asistió hasta sus últimos momentos. Por los muchos favores repartidos en esta montaña, ahora tan abatida, a causa de las políticas de ese Atila que tenemos por ministro del ramo, la cuenca Cistierna-Sabero le estará siempre agradecida.

Siro Sanz García

 Boda de Domingo López con María Teresa en Bilbao. Distinguimos entre los invitados a unos cuantos de Cistierna. Doña Emma Sanz Sagüillo y Don Bernardino Sagüillo del Moderno, Don Ezquiel Echevarría médico de la Villa, Don Antonio Lasso y su madre Doña Consuelo y más..., abajo a la derecha, con bastón y sombrero el padre de Don Domingo López (Foto: Familia Siro Sanz)
 A la derecha con el sombrero en la mano, Domingo López el día de su boda acompañado de Don Bernardino Sagüillo y Don Ezquiel Echevarria de Cistierna. (Foto: Familia Siro Sanz)

 El Marbel recién salido de los astilleros de Bilbao, uno de los barcos factoria perteneciente a la flota de Domingo López (Foto del libro "ATRACO" de Domingo López)

 Tolva de la mina Mariate en Alejico (Sabero). (Foto: Siro Sanz)

 Casa de Domingo López en Cistierna año 1943, aquí vivieron de recien casados Domingo López y su esposa María Teresa hasta su traslado a León en 1949. Uno de sus bajos el de la derecha se hizo exprofeso para el Banco Central y el de la izquierda para las oficinas del empresario minero. (Foto: Siro Sanz)

Mina de Veneros, Hulleras del Oeste, restos de las instalaciones de carga de la línea de cable aéreo con baldes que trasladaban el carbón hasta la población de la Losilla situada a ocho kilómetros. (Foto: Siro Sanz)

DE CISTIERNA A CÓRDOBA. UN VIAJE QUE SE DEMORÓ 54 AÑOS

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 Al igual que el romano Cincinato, el pasado 15 de abril me encontraba en una finca  a  punto de comenzar la arada, cuando recibí una llamada telefónica de dos personas que querían hablar conmigo. Abandoné la tarea y al momento se personó en la finca  una pareja que se dirigió a mí con el inconfundible acento de las tierras donde medra el olivo y la clara luz del día ensancha el espíritu. 
Se presentaron como Manoli y Joaquín, por encima me explicaron que alguien del Ayuntamiento les aconsejó que preguntasen por mi. Al momento reconocí en Manoli a la señora que la noche anterior durante una conferencia impartida en el Instituto Biblico me había preguntado por D. Avelino, nuestro párroco.
Habían llegado el día 14  a Cistierna con la intención de recuperar los restos del abuelo de Manoli,  D. Antonio Gandía, natural de Pozoblanco, enterrado en el cementerio de Cistierna  en 1960.
La familia de Manoli, en concreto tres hijas de Antonio: Rafaela, Antonia y Ascensión subieron al Norte a finales de los años cincuenta acompañaban a sus maridos con la intención de trabajar en la entonces pujante industria minera de la Cuenca de Sabero- Cistierna. Gentes valientes que dejaban atrás la patria chica cordobesa, sus hogares y familia para buscar un futuro mejor en aquella España recién salida de los peores momentos de la posguerra. Vivían todos en las Colominas, entonces un barrio minero, transformado hoy día en pequeñas casas unifamiliares. Mientras tanto allá en Córdoba, su padre, pastor en una finca de Obejo, enfermó de un tumor en el cuello con un pronóstico fatal. En Cistierna una mujer entendida en hierbas y deshacer aojamientos, les explicó que en la márgen derecha del río Esla, en el pago de la Jagaríz crecían unas hierbas que curaban el cáncer. Desesperadas bajaron por su padre a Córdoba, y con Antonino se vinieron a León. Todos los días pasaban por el puente de hierro hacia la fuente de la Jagariz a por aquellas hierbas sanadoras. Nada consiguieron con el rústico remedio, a los veinte días de su estancia en la villa montañesa su padre falleció. Recibió cristiana sepultura en tierra, lo acogió el recién inaugurado cementerio municipal, trasladado por insalubre y pequeño desde las cuestas del Vallejo hasta el Valle de Arrón.  Hijas y yernos a los pocos años partieron a su Córdoba natal, dejaban atrás años de esfuerzo y los restos de Antonino. La memoria y el lugar que ocupaba su tumba desapareció con su marcha. Pasó el tiempo y hasta la huella de la tumba desaparecío bajo el verde tapín de 54 primaveras. Lo que nunca se perdió fue el recuerdo del padre que pasarón a sus hijos, al menos nunca se olvidó de él su nieta Manoli, que desde la edad de la razón abrigó el deseo de recuperar los restos del abuelo. Con esa intención viajó con su marido al Norte la pasada Semana Santa, después de hablar con el párroco lo hicieron con nuestro Alcalde D. Nicanor Sen y otros funcionarios del Ayuntamiento. Ni siquiera había documento certero y fiable del paradero de la tumba, sólo un papel con las filas de tumbas en tierra dónde se podía encontrar su abuelo. Cada fila tenía cuatro tumbas, en una de las filas se notaba la ausencia de la cuarta tumba, faltaban los signos externos: peralte del terreno, lápida o cruz; ese espacio se encontraba junto al panteón de mis antepasadolos Sagüillo Valbuena. 
Acostumbrado a investigar en archivos y bibliotecas, les comenté que el documento con las filas de las tumbas, aunque no con los nombres de los fallecidos, era un documento precioso, pues por deducción se podía llegar a descubrir el lugar. Incluso junto al panteón de mi familia se percibía la marca de una tumba. Joaquín había tenido la misma intuición, y los dos coincidimos en el mismo lugar. Durante el día 16 ayudados por un buen samaritano, cavaron sin ningún resultado, me llamaron y  les animé a que perseveraran. El día 17, Jueves de dolores, reanudaron la búsqueda y a las 11 de la mañana aparecían los primeros indicios; restos de la caja y bajo ellos, un esqueleto. Manoli observaba los restos humanos con sumo cuidado, conocía por sus tías y su madre que el cáncer había afectado no sólo el cuello también el cráneo, y esa fue la prueba definitiva. El día de Viernes Santo quedamos para despedirnos. Manoli estaba muy alegre pues había cumplido con su abuelo y con toda la familia. Joaquín no se cansaba de ponderar la hospitalidad y el buen recibimiento en el Ayuntamiento de Cistierna, me comentaba que incluso el Sr. Alcalde D. Nicanor, había acudido con ellos al cementerio para procurarles su apoyo y ayuda. Insistía en la dificultad y burocracia inutil que estos trámites acarrearían si se hubiesen demandado en Andalucía.
Vaya desde aquí nuestro reconocimiento para esta pareja cordobesa, en espacial para Manoli que atravesó España en la Semana Santa de 2014, con la intención de recuperar la memoria de su gente y para que el olvido no cubriese definitivamente la tumba del abuelo Antonino, acogido temporalmente entre nosotros y en el regazo de la santa tierra del viejo reino de León; ahora, por fin descansa definitivamente en paz en su Córdoba natal.

Siro Sanz
La minería era áun en los años cincuenta y sesenta la principal fuente de riqueza de Cistierna. (Foto: Siro Sanz)
Puente de hierro que conduce al pago de la Jagariz y por donde pasaba el ferrocarril minero. (Foto: Siro Sanz)

 Cementerio de la villa y Concejo de Cistierna. (Foto: Siro Sanz)

Junto al panteón de los Sagüillo Valbuena aún se percibe en contraste con el verde tampin la tierra removida  del lugar que ocupaba la tumba de Antonio Gandía. (Foto: Siro Sanz)
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