“El labrador ara la tierra con la corva reja. Este es su trabajo de todo el año; con él sostiene a su patria y a sus hijos, a sus ganados y yuntas que lo merecen bien. No sosiega hasta que el año rebosa en frutos o en nuevas crías de sus ganados o en gavillas de trigo y hortalizas; no sosiega hasta que ve los surcos abrumados bajo el peso de los frutos insuficiente para ellos sus hórreos. Cuando llega el otoño, frente a los frutos y junto al cálido fuego ya no se acuerda de los duros trabajos. Entretanto, sus dulces hijas juegan en derredor buscando y obteniendo caricias; su casta morada es asilo de honestidad, sus vacas le ofrecen las ubres llenas de leche, pasan los días, fuera el crudo invierno llama a la puerta
(VIRGILIO, s I. a. C. Geórgicas, libro II, 82-83)
"no sosiega hasta que ve los surcos abrumados bajo el peso de los frutos insuficiente para ellos sus hórreos..."(VIRGILIO. Geórgicas II) (foto: Siro Sanz)
"Cuando llega el otoño, frente a los frutos y junto al cálido fuego ya no se acuerda de los duros trabajos" (VIRGILIO.Geórgicas II) (foto: Siro Sanz)