Una nueva ruta para la gente que le gusta caminar se ha inaugurado en Cistierna. Se inicia en el Campo el Esla y llega hasta el Puente de Hierro, aunque las personas que quieran seguir caminando tienen la posibilidad de cruzar por un pasarela sobre el canal de la fábrica de luz y continuar hacia Vegamediana o Sabero. La accesibilidad y el conjunto del patrimonio minero que presenta la convierte en una de las mejores rutas entre las que cuenta nuestra villa, por lo tanto, tenemos que felicitar al ayuntamiento. Para una mejor comprensión de la misma reproducimos los textos de los paneles que la explican.
RUTA DE LA CUENCA MINERA DE CISTIERNA: Campo del Esla, Santaolaja, Comarco, el Triaje, Ocejo, Trapa.
Esta ruta se superpone a un pasado inmediato, el de la industria minera, pero antes, por aquí discurría la calzada romana denominada VIA SALIÁMICAsegmento final del intinerario 313 del Ravenate s.III, que ascendía por la margen izquierda del río hacia Valdeburón y Tierra de la Reina. Aquí en Cistierna, la vía entraba abruptamente en la garganta del Río Esla dirigiéndose al Escobio de Aguilar bajo las Peñas de la Jagariz; así lo muestra el mapa de Tomás López en el siglo XVIII. La existencia del Puente Viejo de Cistierna y el de Mercadillo, además de la tradición, atestiguan la antigüedad de otro camino que por la margen derecha también subía hacía la montaña desde más abajo de Gradefes. Los dos caminos, transitaban sobre los que Roma construyó para someter a los cántabros (29-19 a.C), se les denominaba hasta el siglo que pasó: Camino Real. Por aquellos caminos entraron a la Montaña Oriental Leonesa: romanos, suevos, visigodos, árabes y la última invasión: la de Napoleón, tirano de los franceses. También subió por aquí a los clanes cántabros el cristianismo, la Biblia y la cultura del Oriente junto con el humanismo renacentista y por ella baja aún un Camino a Santiago: la Ruta Vadiniense.
· La ruta comienza en el Campo del Esla, denominación reciente y relacionada con la minería, pues desde siempre se conoció este pago (desde las vías del ferrocarril a los lavaderos) con el topónimo de: La Caldera y, más arriba como pago del Convento (desde la Casa de Albano hasta el Puente de Hierro).
· En 1896 la Caldera, y el Convento, unas 9 Ha, fueron adquiridas a los labradores cisterniegos por la sociedad francesa HOUILLERES D´CISTIERNA ET ARGOVEJO que tenía su domicilio legal en la Rue des Ponts Corvines en Lille, región de Picardia, Francia. Así los mejores prados de regadío junto al río Esla, pasaron de un uso agrícola pastoril a un futuro industrial y minero, prometedor pero incierto, agresivo con nuestras creencias, tradición y medio ambiente. Entre 1903 y 1906 la actividad de la empresa gala, se dirigirá además de la frenética adquisición de terrenos, a la compra de minas y a la construcción de un ferrocarril minero de vía métrica desde el Campo del Esla, por el actual camino que bordea la gran finca de Albano hasta el Triaje, en terrenos de Santaolaja de la Varga; la Cuenca Minera de Cistierna
· A partir de 1904, se comienza a construir en el pago de la Caldera el edificio de “Los Lavaderos”, una notable construcción, destruida sin ningún miramiento a finales de los años ochenta del pasado siglo. La sociedad francesa también edificará hacia 1905, las oficinas y casa del director en la calle Padre Isla de Cistierna, hoy Nº 28, casa compuesta de: planta baja, único piso con cinco balcones y desván abuhardillado de cinco mansardas hacía el exterior. Hasta hoy día, este edificio es conocido como: “CASA DE LOS FRANCESES. Cuando en 1918 desaparece la empresa francesa, el Campo del Esla y sus infraestructuras mineras fueron inmediatamente aprovechadas por propietarios minoristas del carbón como por ej., Don Tiburcio Vallinas farmacéutico de Cistierna, y Don Esteban Corral. A partir de los años cuarenta hasta los setenta se hizo con las minas, terrenos y lavadero de Cistierna, la sociedad minera “CARBONES DEL ESLA” propiedad del empresario catalán Don Joaquín Molíns.
EL PUENTE DE VEGAMEDIANA
· Extraña sobremanera cuando se visita el espléndido Museo de la Siderurgia de Sabero la ausencia de la villa de Cistierna en la hermosa y espectacular maqueta sobre la minería de la comarca. Dicha maqueta termina abruptamente en Vegamediana. El “olvido” resulta chocante si tenemos en cuenta que todo el Valle de Sabero y la cuenca minera de la margen derecha del Esla desde 1836 hasta 1927 perteneció al Ayuntamiento de Cistierna y, de la estación cisterniega a partir de 1894, sale toda la producción de mineral carbonífero hacia las Provincias Vascongadas. La minería del carbón junto al ferrocarril, fue de vital importancia en la trasformación radical de la pequeña villa campesinaque dormía la siesta de los siglos en la solana del extremo Oeste del macizo de Peñacorada. El fuerte impulso a finales del s. XIX y principios del XX, convertirá a Cistierna en el núcleo ferroviario, industrial, comercial y minero que perduró hasta la segunda mitad del s. XX. En Cistierna la estratificación social siempre menos rígida y más permeable que la de Valdesabero, sede de la todopoderosa empresa Hulleras de Sabero y Anexas, además de sus relativas mejores comunicaciones favorecerá que sea escogida como residencia de numerosos empresarios mineros: Esteban Corral, Tiburcio Vallinas, Gabriel el Carrero, Miranda, Domingo López, Joaquín Molins, Víctor Diez, Crender.
· EL PUENTE DE VEGAMEDIA. Cuando el ferrocarril La Robla-Bilbao llega a Cistierna en 1894, comienzan las obras para construir un ramal de vía métrica entre la estación de Cistierna y la cuenca de Valdesabero; más de tres kilómetros. El objeto de dicha obra será sacar toda la producción carbonífera hacia Cistierna para desde allí ser expedida a las provincias vascongadas; antes se había propuesto una salida por ferrocarril hacia la Ercina; propuesta que fue abandonada. El ramal desde Cistierna discurría por el Campo del Esla, margen izquierda del río, inmediata a la vía métrica de la empresa Hulleras de Cistierna y Argovejo que subía a Santaolaja y Comarco. Al llegar al pago del Convento, pasaba bajo el Puente de los Franceses en dirección al río Esla, obstáculo que salvaba con la construcción de un magnífico puente de hierro. Ya en la margen derecha del Esla por el pago de Vegabarrio, bajo los crestones del Castillo de Aguilar y Castro de la Cildad, la vía se adentraba en el complejo industrial de Vegamediana y cuenca minera de Valdesabero.
· CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DEL PUENTE DE VEGAMEDIANA.
“La obra, ejecutada por Talleres de Construcciones Mecánicas de Zorroza a finales del siglo XIX, de magnífica estampa, consta de un solo tramo con vigas tipo Linville, de 45 metros de luz, 47 metros de largo y unas 90 toneladas de peso. De tablero inferior, el puente fue realizado en acero roblonado, su coste ascendió a unas 60.000 pesetas. El puente fue utilizado para el servicio de Hulleras de Sabero durante unos noventa años, sin que consten alteraciones de diseño relevantes en la obra metálica. Los estribos de mampostería en origen, han sido reemplazados o reforzados por hormigón aparentemente en masa. Desde el punto de vista de la ingeniería, es un ejemplo destacado de las soluciones diseñadas a finales del XIX para superar vanos de entre 30 y 60 metros, usando acero roblonado, cuando este material constituía la principal alternativa para este tipo de obras. De diseño canónico para su tiempo y vigas roblonadas de sistemas Linville, método que aúna ligereza y resistencia, sin renunciar a la elegancia aparejada a este tipo de estructuras”.(Fuente técnica: JAVIER FERNÁNDEZ LÓPEZ. Puente sobre el Esla.Fundación Municipal de Cultura, Universidad Popular de Gijón). TEXTO E INVESTIGACIÓN. Siro Sanz
La ruta se inicia en el Campo el Esla (Foto: Siro Sanz)
El Puente de los Franceses (Foto: Siro Sanz)
La ruta cuenta con tres zonas de descanso (Foto: Siro Sanz)
Los valores paisajísticos de la ruta añaden un gran valor a la misma aparte de otros que la acompañan (Foto: Siro Sanz)
La ruta es coronada por un monumento de exótica belleza, desconocido y secreto para los cisterniegos pero estudiado en profundidad desde hace 25 años por el que esto escribe (Foto: Siro Sanz)