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Channel: Miscelánea histórica de Cistierna y Montaña Oriental Leonesa.
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Resumen Conferencia 20 de Febrero 2015. INSTITUTO BÍBLICO Y ORIENTAL SEDE CISTIERNA. San Pedro de Orzales, del hábitat castreño al hábitat campamental. Eutimio Martino- Siro Sanz

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Augusto, según consigna Floro, historiador de la guerra contra cántabros y astures: “Después de someterlos, desconfiando del abrigo de los montes, en que se refugiaban, les ordenó que habitasen establemente los campamentos romanos, que se hallaban en lo llano”). Dión Casio dice lo mismo: (Agripa los sacó de los montes). El “in plano” del texto latino ha sido interpretado generalmente con mucha ligereza atribuyendo la fijación espacial de la tribu en las llanuras de León. Pudo ser en algunos casos, sin embargo en nuestra tierra, rara es la población actual en la Montaña de Riaño que no tiene cerca un alto con el nombre de: Corona, Castillón, Castiello o La Peña el Castro. Los campamentos, de asedio muchos de ellos, habrá que buscarlos en esas poblaciones. Una de las necesidades más importante para la vida en los castros serían la cercanía al agua; en muchos casos el agua de la que viven bautiza, da nombre al castro, así Lacobriga, (Carrión de los Condes) es la fortaleza del río. Las actividades necesarias a la vida en esos emplazamientos de altura serían: la caza, el pastoreo, a veces la guerra y una mínima agricultura. La existencia de pastoreo en clima tan riguroso como el nuestro, requiere del almacenamiento de alimento para las reses, actividad por otra parte atestiguada en textos clásicos entre los celtas de Las Galias (Julio Cesar: De bello Gallico); quizás en las antiguas palabras zamazo y coloño permanece el recuerdo de esa actividad recolectora, en concreto de hoja para el invierno. Estas gentilidades cuando descienden al campamento romano ¿qué encuentran?: lo primero, una red de caminos; acceso al agua, en ocasiones canalizada, traída hasta el campamento; un comienzo de la agricultura con técnicas, aperos y cultivos nuevos. También encuentran un culto romano, que se superpone al prerromano, más tarde cristianizado. Existe un caso paradigmático en la Montaña, donde todos estos elementos descritos anteriormente: castro, campamento, culto prerromano, romano, cristiano, además de caminos y agua aparecen reunidos en un conjunto  que ha resistido dos milenios, hablamos de San Pedro de Orzales en Tierra de Sajambre. Bajo la Corona de Monarga, castro que recibe el nombre de un arroyo inmediato, aún se yerguen las venerables ruinas de San Pedro la antigua iglesia de Ribota, orientada su cabecera hacia una imponente cascada de más de 175 metros. El nombre de S. Pedro pudo haber sido aquí vaciado en el nombre del dios romano Jupiter. Además de soberano de los dioses, Júpiter es el dios de la lluvia, como de los demás fenómenos atmosféricos, popular como tal en el mundo romano y por lo mismo así tratado constantemente en el lenguaje (tonante, hacedor de la lluvia, inductor de la lluvia), mientras que nominalmente pudo conectar con el de S. Pedro (Diu Petri), y no solo nominalmente, siendo S. Pedro el principal de los apóstoles y santo acuático a más no poder.  En un libro presentado el pasado verano en Ribota sobre San Pedro de Orzales se presenta un documento Alto Medieval muy importante para Sajambre,  fechado el año 876, acerca de una villasituada en el lugar llamado Niajio, que los autores interpretan por Niajo, una montaña en el mismo Ribota.
La identificación no suscita en nosotros ninguna duda razonable a pesar de cierta “precisión” así llamada y publicada en un Blog que se puede visitar en el muro de la Revista Comarcal.
No solo el nombre de por sí raro permanece; incluso el propio deslinde que se expresa en el documento también se reconoce hoy por un topónimo en alto y su cordal que baja al río Sella y la villa paralela a este río que cierra hacia Ribota, paralela también a Niajo.
El deslinde de la villa se confirma también por la otra cara, igualmente pronunciada, que es la de Vierdes-Pio. En el plano de las consideraciones formuladas contra esta identificación preferimos no entrar por juzgarlo innecesario. Baste solo una observación: frente a que no solía asignarse el nombre de las montañas a una villa, decimos que no todas las denominaciones van a responder a un patrón y en concreto sabemos que figura documentalmente una villa llamada Palliares(Pajares) con: pastos, brañas, montes, fuentes (año 1184, LARRAGUETA, Documentos de la Catedral de Oviedo).



 San Pedro de Orzales bajo la Corona de Monarga. (Foto: Fundación el Arcediano)

 San Pedro de Orzales frente a la imponente cascada del río Agüera (Foto: Fundación el Arcediano)

 Caminos entre la iglesia y la cascada. (Foto: Siro Sanz)

Detalle de uno de los caminos entre la iglesia de S. Pedro y la cascada. (Foto: Siro Sanz)

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