LA VIRGEN DE PEREDA
Eutimio Martino-Siro Sanz
En el siglo XI existió aquí un monasterio de monjas dedicado a San Martín. Fue fundado por la poderosa familia de los Flaínez, asentada en el castillo de Aguilar entre Sabero y Cistierna, que dotaron al monasterio con: 100 vacas, 200 ovejas, 10 yeguas, 15 caballos, 2 asnos y siete parejas de Bueyes además de otras posesiones como tierras, viñas, estanques y molinos. Gobernado por la regla de San Benito pasa un poco más tarde a priorato de la Orden de Santiago y ya en el siglo XII será donado por sus propietarios a la Abadía de Benevivere (Carrión de los Condes, Palencia) que también tenía las propiedades de Mental y Retuerto.
El nombre de San Martín es muy repetido en la cuenca del Esla y alto Cea durante la alta Edad Media (Cistierna, Verdiago, Crémenes, Las Salas, Portilla, Vegacerneja) por su antigüedad sin conexión alguna con las peregrinaciones pues trae su origen del tiempo de los godos.
En Martín se conserva el eco romano de un culto a Marte, culto establecido por la campaña de conquista. También es conocido un despoblado Medieval bajo el castro, llamado Santa Marina que vino a sustituir a San Martín. La proximidad de la ermita al castro también es de reseñar.
La calzada romana tenía un ramal de entrada hasta la ermita que ocupa un emplazamiento estratégico junto al agua, a boca de la hoz de Argovejo, única entrada por llano y al pie del bastión de Mataces. Don José Gonzalez, el canónigo de Crémenes, ensayista, escritor, pescador de la trucha del Esla a escopetazo limpio, hablando de la ermita decía lo siguiente: “Sus potentes muros de robusta sillería labrada, parecían más propios de una fortaleza militar que de un santuario”
En el entorno se afirma que hubo de utilizarse dinamita para derribar uno de sus muros en un arreglo que se hizo a mediados del siglo pasado.
La Virgen de Pereda descansa su trono sobre los estratos depositados por el pasado y, reina sobre estos valles tomando el testigo de un tiempo muy remoto que se pierde en la antigüedad pagana.
La Virgen de Pereda descansa su trono sobre los estratos depositados por el pasado y, reina sobre estos valles tomando el testigo de un tiempo muy remoto que se pierde en la antigüedad pagana. (Foto Siro Sanz)
La última remodelación de la ermita destrozo la fisonomía antigua del templo enraizada en la edilicia rural leonesa. Bien a la vista está, que el arquitecto, movido de gran admiración por el gótico y la arquitectura precolombina peruana, perpetró el híbrido que ahora contemplamos. (Foto Siro Sanz)